jueves, 26 de abril de 2012

Putita

Pregúntole a mi hijo:

- Benicio, querés frutilla?

Hijo responde :

- Putita, putiiiitaa, PUTIIIIIIIIIIIIIIIITAAAAAAAAAAAA!

Luego de tal exabrupto debo confesar que tuvimos una extensa charla sobre el respeto a la condición femenina, el tráfico de personas, el caso Marita Verón. y sobre cómo si no hay clientes no hay trata.

Pero no hubo caso. Esta mañana Benicio se comió todas las putitas que el padre le puso en el plato.


viernes, 13 de abril de 2012

Diálogos con el primogénito

 - Benicio, Cómo te llamás vos? 
 - CHICHITO

- Y Cómo se llama tu hermanito? 
- BATATO
 
Al final para qué cornos uno se mata eligiéndole los nombres.
La próxima vez espero a que crezcan y directamente les pregunto como se llaman. PFFF.
Pasaré a la historia como la madre de Chichito y Batato.



martes, 3 de abril de 2012

Dialoguitos Off-the-record

Dialogo por Gtalk con El Padre De La(s) Criatura(s) -
Estabamos hablando de una de las madres de la guardería adonde actualmente concurre BBCio.


MeliSer
La madre que te digo lo conoce a Bbcio
Sabe que estoy embarazada y me pregunta por el embarazo.
Es simpática. Tiene mi sello de aprobación.


EPDLC

La madre de la gordita linda? La que vi ayer?
Es joven (no fea)

MeliSer
Esa misma. Podria decirse que no es fea, si.

EPDLC
Te gusta la delicadeza con la cual evito el usar "está buena" mientras estás embarazada?

MeliSer
La misma delicadeza con la cual el increíble Hulk come un huevo poché.

EPDLC
Al final nunca se reconocen mis méritos...

MeliSer
Poché.


lunes, 12 de marzo de 2012

Sueño con zombies

El embarazo tiene varios efectos secundarios.

La mayoría de ellos son ampliamente conocidos por todo el mundo: Pies y piernas hinchadas, dolor de espalda, acidez estomacal, no poder encontrar una posición cómoda para dormir, pechos sensibles (odio la palabra pechos. La ODIO.), etc.

Si, si. Es el mejor estado de la mujer, sin dudas.

El asunto es que hay algunos efectos secundarios del embarazo que son un poco mas impopulares y bastante  menos conocidos, como por ejemplo:  Durante el embarazo las hormonas hacen (entre otras cosas hermosas)  que tus sueños sean mas vívidos.  Mas reales, digamos. Con mejor calidad de imagen, colores mas vibrantes, sonido digital  y en Imax 3D.

Es verdad. Doy fé.

Lamentablemente mis  hormonas NO me provocan sueños del estilo
 "Soy presidente del mundo,  todos los billetes llevan mi retrato, mis súbditos me aman, tengo el walk-in closet mas grande de la historia, uso talle XS, mido 1.75, mis tetas desconocen la ley de la gravedad y son proporcionales a mi estatura,  como chocolate y no engordo y soy sabia, justa y temida y amada en partes iguales"

Tampoco me da por soñar cosas por el estilo "Vivo en una orgía eterna con Ryan Reynolds, Javier Bardem,  Ryan Gosling, Christian Bale, Jon Foster, Christopher Walken (de joven) y Bruce Willis (circa 1989)"

No, no.

Se me da mas bien por soñar - toda la noche-  con que soy una de las pocas sobrevivientes de un mundo post-apoliptico que - oh casualidad - está atiborrado de zombies.

Lo peor de todo el asunto es que entre tanta desolación, tanto quilombo, tanto come-carne suelto en la calle era re jodido ir a saquear farmacias para encontrar pañales. PAÑALES.

No sé qué te quema mas la cabeza si el cine o la maternidad...

Seguiremos informando.

PS- el otro día me levanté para mear (hacer pis, amigos. Hacer pis: Otro de los efectos secundarios tan bellos) en el medio de la noche y juro que vi que una de mis lamparas era igual a Totoro.
Estamos como queremos.



martes, 31 de enero de 2012

Interesting findings

Anoche, después de que el padre lo bañara, agarré al BBcio envuelto en su toalla con capucha (porque las capuchas le agregan ese no sé qué... por qué no hacen toallas con capuchas para adultos?) y lo subí a su cambiador para ponerle el pañal, embadurnarlo en crema (el invierno canadiense no es clemente con la piel de nadie) y ponerle el pijama.
Mientras buscaba el pañal en el primer cajón del cambiador escucho una extraña risa que proviene de la boca de mi primogénito. Y oh, la la. Ahi estaba mi bebé estirandose el pito como si se tratara de un gummi bear, de un yummi gelatina, de una gomita de pelo. Y con cada estiramiento venía una sonrisa de oreja a oreja.
"Cagamos", pensé."El pibe se encontró el pene".
Y por lo (mucho? poco?) que sé de los hombres, ahora nada mas lo va a entretener en esta vida. Ni los autitos a control remoto, ni los backyardigans, ni pocoyó, ni una mierda. Una vez que se tocan, es un viaje de ida.
Mi hijo está perdido para siempre.
Por suerte (y por el momento) estaba equivocada. La novedad le duró un rato (mientras su madre lloraba de la risa) y una vez puesto el pañal se acabó la joda y pasamos a otra cosa (the very hungry caterpillar).

Pero no hay vuelta atrás. Una vez que se descubren el pito, estamos fritos.

Y para redondear la novedad, querido(s) lector(es) sepan que seguiré rodeada de bolas, ya que +1 es macho también. En breve este blog sera renombrado "Mi vida con media docena de huevos".

Saludos cordiales,

Mel

martes, 13 de diciembre de 2011

+1

Me inflaron el bombo.
De nuevo.
Y, si.

Como fue? se preguntarán mis queridos lectores (queda alguno?)
Bueno. Cuando un hombre y una mujer se quieren mucho (O se toleran un poco. O están aburridos. O no hay nada en la tele. O su hijo numero 1 se fue a dormir temprano y tienen una rara oportunidad de toquetearse con su pareja.) se ponen de acuerdo para  frotarse un cacho, el pene se inserta en la vagina, se junta el esperma con el  ovulo y VOILA!, unas semanas después te encontrás en el baño, meando sobre un adminículo de plástico, que al rato decide mostrarte dos rayas rosas paralelas. Dos hermosas (putas) rayas paralelas!.
Y ahi estas. Con un humanito que todavía no cumplió un año y con la noticia de que en breves 8 meses mas o menos tu casa se va a ver invadida por un neonato chupateta que te va a despertar cada dos horas, pero que también te va a enamorar desde el segundo que posás tus ojos sobre él (o ella).

Ver las dos rayas rosas en el test de embarazo fueron el cagazo adolescente que nunca tuve. Por un instante que pareció una semana y  media, entré en pánico. Pero después me acordé que tengo 31 años, no 16. Que tengo un marido (una domestic partnership, bah), una casa, un trabajo, un auto y lo que es mas importante, otro hijo. Asi que a quién le importa que solo vayan a llevarse escasos 20 meses de diferencia? Pffff. Será como tener mellizos por un rato y aparentemente estaremos cambiando pañales hasta el dia que decidamos jubilarnos.
Bah, al que si le importa es a mi pobre cuerpo, que entre los 9  meses de embarazo anterior y los 9 de lactancia, tuvo apenas 2 meses para recuperarse y ZACATE, le llovió otro fetito.
Juro que el otro dia mi panza hizo un ruido que venía de las entrañas y que aunque podría haberse facilmente confundido con una flatulencia incipiente,  fue un sonido gutural que me decía "Vos me estás jodiendo, pelotuda? Te hicieron otro pibe? No aprendiste nada de control de natalidad? So' boluda?". Y si. Recién estaba volviendo a entrar en mi "skinny jeans" y PAF, otro ensanchamiento de caderas.

Asi estamos. Se viene +1.

martes, 6 de septiembre de 2011

Like a ton of bricks

Esta mañana volví a trabajar después de 50 semanas de quedarme en casa con el BeBicio.
50 semanas es casi un año. Casi.
Y en un momento, mientras estaba en una reunión para ponerme al dia de todo lo que habia pasado en el año que yo me la pasé limpiando culitos, entregando tetas y mamaderas, cantando, jugando, sin dormir o durmiendo siestas, me di cuenta de que tengo un marido, una casa, un auto, un bebé, un trabajo y responsabilidades por doquier.

La realidad me pegó como una tonelada de ladrillos:  Soy una adulta. Y tengo una familia.

Estoy de "este" lado de los 31. No del otro lado, del de los de 31 que todavia son jóvenes y libres de cargo y culpa, que "salen" a lugares hasta la hora en la cual el Bebicio empieza sus reclamos nocturnos  y/o cambio de pañal(5 am) Que son mas flacos y tal vez mas bellos. Y duermen mas. Y se preocupan menos

El otro lado es lindo. Pero puta, lista de supermercado en una mano, bolso de pañales en la otra, pienso: "Qué bien que se está de este lado".