jueves, 10 de febrero de 2011

Siestas

Dormir la siesta con el Bebicio ha sido - hasta ayer - uno de los placeres mas grandes de mi vida. 

Digo hasta ayer porque resulta que en las últimas 24 horas, el gurrumin que se acurrucaba en mis brazos y se dormía plácidamente (intercalando respiraciones con risas psicóticas durante sus diversas fases del sueño) se ha convertido en un mini tanque blindado que ataca tirando patadas y codazos cual blietzkrieg de 7.2 kilos (que es lo que pesa).

O peor aún, mientras uno duerme profundamente, el pequeño estratega aprovecha para estudiarte, estirar sus manitas y apretujar tus cachetes, tirarte de los pelos o lisa y llanamente, intentar sacarte los ojos de sus órbitas. 
Lo ha intentado, sin éxito hasta el momento, lo juro solemnemente.

Veremos en que termina todo esto del sueño violento. Mientras tanto duermo con un ojo abierto...

2 comentarios:

  1. guarda, porque en general estos pichones de personas consiguen lo que quieren... :)
    by the way, bebicio es delicious!!!

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  2. Amiga....yo creo q tu problema tiene muy fácil solución: no duermas la siesta.

    No es un derecho, es un lujo y me parece bien que Bebicio sea conciente de esto, y trate (a su manera) de transmitírtelo. 'Viejaaaa, la siesta es sólo para los gurrumines, man! Go, go to heat that formula milk! Habrase visto!'

    Como la más mejor amiga tuya (del mundo entero, sí...todo el mundo, universo, incluyendo otros planetas), entiendo tu agotamiento, tu genuina necesidad de descansar. Pero te confieso: one glance at Bebicio, y de repente, todos los sentimientos de compasión que pudiera alguien tener por su progenitora, se ven arrebatados por esa marketinera sonrisa que heredó de la madre.

    Verás...la siesta no es lo único que te sacó ese chiquito!!!

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